Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas (Deuteronomio 6:5).
La adoración a Dios es un privilegio para cada creyente. Cuando adoramos a Dios, sus atributos llegan a formar parte de nuestra vida. La santidad, el amor y el propósito llegan a ser el pan de cada día. El día de hoy tenemos la bendición de ser adoradores del Dios Creador de los cielos y de la tierra.
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