Y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre (Josué 4:7).
Cada persona tiene una historia muy particular que contar. Y cada persona está escribiendo su propia historia. No obstante, muchas historias están marcadas por la tristeza, el dolor, la frustración y la derrota. Por su parte, hay quienes el día de hoy están escribiendo una historia diferente.
Dios quiere escribir una historia de milagros, de gracia y de misericordia en la vida de cada uno de sus hijos. Dios se goza cuando su pueblo experimenta su poder y recibe su favor. El gozo de Dios es el asombro de su pueblo. Es decir, Dios se goza y se alegra cuando su pueblo se asombra por los milagros y la gracia que Él concede (Salmo 98:1-4).
Se dice que el pastor George Müller recibió 50 mil respuestas a la oración. A lo largo de su vida adulta construyó y sostuvo 5 orfanatos en donde albergó a 2000 huérfanos. Estableció 3 escuelas que daban educación básica y media. Y envió misioneros por todo Europa. Lo asombroso es que él no tenía un sueldo ni el apoyo de ninguna organización. Toda esta obra, Müller la atribuyó únicamente al poder y milagros de Dios que vinieron como respuesta a la oración.
George Müller decía: “Mantén muy viva tu expectativa en la grandeza de Dios y en su poder para hacer milagros, y recibirás grandes cosas. La capacidad de Dios no tiene límites”. Y dijo en una ocasión: “Oh, ¡cuán bueno, amable, elegante y condescendiente es Aquel con quien tenemos que tratar y a quien llevamos todas nuestras necesidades¡ ¡Él me ha ofrecido, sin yo merecerlo, muchísimo más de lo que pedía o entendía¡”
Los israelitas, comandados por Josué, encontraron su camino bloqueado por el rio jordán. Sin embargo, por el poder de Dios sucedió un milagro.
El agua se detuvo y les dejó el camino libre para que pudieran cruzar. Luego de experimentar semejante milagro, Josué hizo sacar doce piedras del medio del Jordán por orden de Dios, las cuales simbolizan las doce tribus de Israel. Puso piedras en Gilgal, en el límite este de Jericó, para que las generaciones futuras pudieran conmemorar el gran poder de Dios.
Todavía el día de hoy, en aquellos que creen en el Dios de milagros, la gracia y la misericordia divina tienen lugar produciendo cosas extraordinarias. Entonces, una asombrosa historia se escribe y podemos glorificar a Dios.
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