Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria (2Corintios 4:17).
Un proverbio hebreo muy antiguo dice: “Aun en la más densa oscuridad, la luz de una luciérnaga es el fin de las tinieblas”. Este dicho quiere decir que, en medio de las aflicciones, si logramos concebir esperanza entonces podemos transformar nuestro destino, por más que este parezca oscuro y adverso. Y significa que por más que atravesemos un momento de dolor o una crisis, un poco de esperanza hace la diferencia entre la vida y la muerte.
Cualquier persona puede vivir una vida nueva si tan solo descubre la esperanza en Dios, a pesar de la desesperanza oscura que atraviesa. La esperanza es como una semilla que se siembra el día de hoy y que produce el milagro el día de mañana. Y la esperanza más preciosa es aquella que nace en medio de la oscura noche de la adversidad. Por tanto, no tema a la aflicción o a la adversidad.
Nick Vijicic es un predicador evangélico que nació en 1982, en Australia. Para sorpresa de todos, nació sin extremidades y desde el principio su vida fue muy complicada. A la edad de 17 años intentó suicidarse porque decía que era un saco de problemas. Al no tener piernas y brazos se sentía inferior y pensaba que era un “error” del Creador.
Un día escuchó el evangelio y se sintió conmovido. Ese día, cuando el predicador hizo la invitación, él entregó su vida a Cristo. Sin embargo, la depresión y la amargura no se fueron de inmediato. Todavía luchaba con un complejo de inferioridad y tenía pensamientos suicidas. Un día, sintió que no podía más y pensó: “Es mejor morir”. En ese momento, la voz de Dios vino a él. “¿Acaso Cristo se quitó la vida cuando lo traicionaron? ¿Por qué piensas en la muerte cuando es tiempo de vivir?”
Fue en ese instante que su corazón fue transformado y reflexionó: “En el momento de mayor frustración y desesperanza, Jesús dijo que Él era la resurrección, jamás pensó en quitarse la vida. Ya que le he recibido como mi Salvador, tengo la esperanza de la resurrección. Tengo la resurrección de Jesús en mi corazón”.
A partir de ese día experimentó una transformación en su mentalidad. Jesucristo le dio la fortaleza para vivir con esperanza y entusiasmo. Llegó a convertirse un gran predicador que viaja por todo el mundo y ya no siente más pena por él mismo al no tener ni brazos ni piernas, porque ahora dice que no es un error de Dios sino una bella creación de su Salvador.
En su libro “Una vida sin límites” dijo: “Es cierto que hay problemas. Puede que haya pobreza, desilusión, fracaso, enfermedad, pero hay esperanza en medio de la desesperanza. La esperanza florece cuando uno recibe a Jesús. Él es la flor de la esperanza. Usted puede ser cambiado en otra persona por la gracia de Jesucristo”.
Nick se aferró a la esperanza y terminó venciendo la incapacidad y la depresión. Hoy en día goza de una vida plena, con su esposa y su hijo, y se dedica a sembrar la flor del evangelio de Cristo en esta generación.
El apóstol Pablo dijo en 2 Corintios 4:17 lo siguiente: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. Es cierto. El sufrimiento es real. Pero no debemos olvidar que es temporal. Con la gracia de Dios podemos superarlo. Si mantenemos una mentalidad celestial podemos ascender en medio del caos y la desesperación.
Cada vez que usted se sienta frustrado por la aflicción, confíe en el poder y la misericordia de Jesucristo, y mantenga la esperanza. Pues solo Jesucristo es nuestra gran esperanza. Por más que atravesemos un momento de dolor o crisis, un poco de esperanza hace la diferencia entre la vida y la muerte.
José, el hijo de Jacob, se vio involucrado en una circunstancia desalentadora, pero Dios había sembrado esperanza en la vida de José por medio de dos sueños. José pensó: “A pesar de todo lo que pueda suceder en mi vida, ciertamente, la esperanza dará su fruto algún día”. Es por eso que no se frustró, más bien, contempló la esperanza. No se rindió, ni tampoco retrocedió.
De la misma manera, no retroceda, sino avance junto al Señor que lo guiará de la desesperanza a la esperanza. Si permanece hasta el final, Dios le otorga la corona de una vida abundante y bendecida. Por tanto, esté firme, lo mejor está llegando ya, desde el momento en el que decide creer la Palabra de Dios y opta por la esperanza.
He comprendido que Dios nos ha llamado a vivir una vida ascendente. Debemos pasar del pensamiento terrenal, marcado por la desesperanza y el fracaso, a la mentalidad celestial, que es la mentalidad de esperanza, vida y bendición. Lo invito a que viva una vida ascendente.
Si deseas recibir los audios de las Meditaciones Ascender en tu celular, envíanos un mensaje de WhatsApp con tu nombre al +5213322061834 ¡Es gratis y siempre lo será!
Comments