“Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás con el limpio y severo serás para con el tramposo.” Salmo (18:25-26).
Este mundo es creado a partir de la sabiduría de Dios, no está hecho a partir del descuido o del azar, es un mundo establecido por Dios de una manera lógica y coherente Proverbios 3:19 lo corrobora: “Jehová con sabiduría fundó la tierra; Afirmó los cielos con inteligencia.” ¿A qué se refiere esto? En Génesis, se nos habla de cómo funciona este mundo y de cómo Dios fundó la existencia: “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.” (Génesis 1:11-12).
Toda semilla que usted siembre va a producir un fruto, el cual no puede ser diferente a lo que ha sembrado; es decir que lo que usted siembre será lo que ha de cosechar. Las personas en ocasiones no se explican cómo es que sus vidas no cambian, pero si no cambian la semilla tendrán mucho más de lo mismo. Las personas suelen culpar a Dios y a otras personas de su condición “todos tienen la culpa excepto yo”, piensan. Estas personas requieren de comenzar a analizar la responsabilidad del hombre, quien es responsable de sus actos y de su desobediencia; el evangelio y la palabra de Dios, en vez de culpar a otros en primera instancia nos mira a nosotros y nos dicen: “tú eres el responsable de la vida que estás llevando y no puedes señalar a nadie más”. Este mundo se rige por principios coherentes, lo que siembras es lo que vas a cosechar.
Tenemos que aprender a vivir delante de Dios asumiendo nuestra responsabilidad, el apóstol Pablo dijo, en Gálatas 6:7: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”, esto se lo dice a los cristianos de la iglesia en Éfeso, no a los incrédulos. La vida de una persona no cambia por azares del destino, cambia cuando cambia su semilla. Si usted este día siembra una nueva semilla en Dios, entonces comenzará a cosechar un nuevo fruto también en Dios. Esto estaba presente en el salmista “Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.” (Salmo 18:20), él sabía que no podía culpar a Dios, él estaba capacitado por Dios y listo para obedecerlo. Él sabía que era responsable de obedecer los estatutos de Dios “Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado. Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios. Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos. Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad, Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.” (Salmo 18:20-24), sabía que era responsable de cómo vivía delante de Dios, el siguiente versículo dice: “Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.” (Salmo 18:25-26), dónde halla un hombre o mujer de Dios que practique la misericordia, ellos también hallarán misericordia, donde halla un hombre recto estará la Gracia de Dios.
Amados, debemos cambiar la semilla que estamos sembrando, cuidemos que no haya pecado ni iniquidad en nosotros y si los hay, deben ser confesados delante de Dios. Somos llamados a sembrar 3 semillas: misericordia, rectitud y limpieza. Dios obra a favor de las personas que siembran estas semillas.
Haga conmigo esta oración:
Padre Celestial, tú creaste este mundo a partir de tu sabiduría este mundo fue fundado a partir de tú inteligencia, de manera que no es un mundo incoherente, en tu sabiduría tú dijiste que cada semilla que se sembrara produciría un fruto de acuerdo con su género y este es un principio de vida para nosotros, todo lo que sembramos el día de hoy, la semilla que pongamos es exactamente la semilla que vamos a recoger el día de mañana.
Tú nos mandas en tu palabra poner cuidado a lo que estamos sembrando y nos mandas también ser personas que siembran la misericordia, la rectitud y la limpieza.
Señor, ayúdanos a ser responsables a dejar de culpar a otros por la vida que estamos llevando, pero en tu palabra tú me mandas mirarme a mi mismo, examinar mis pasos, mi camino y entonces cambiar de acuerdo con tu verdad, hoy me mandas ser misericordioso, ser recto y ser limpio.
Ayúdame Señor, tú me has dado tu Espíritu Santo en la conversión, cuando creí en Jesucristo y me capacitaste para llevar la vida que habías trazado en tu palabra, ayúdame entonces a vivir de esta manera, a ser obediente a cuidar la devoción, a guardar la intención del corazón porque esto es algo que tú vigilas y que tú Señor premias o castigas de acuerdo sea el caso, nos ponemos en tus manos y oramos esto en el nombre de Jesús. Amén y amén.
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