Después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca (1 Pedro 5:10b).
En la vida se nos presentan todo tipo de obstáculos y desafíos. Algunos suelen ser más altos que otros y algunos más dolorosos que otros, por consiguiente. Pero, a fin de cuentas, ¿Por qué tienen que venir obstáculos y desafíos en la vida cristiana?
Los obstáculos en la carrera de la fe deben ser tomados como ejercicios que fortalecen la confianza y la esperanza en Dios. El fracaso que se supera se vuelve fortaleza, poder y sabiduría.
Dios tiene cuatro propósitos principales al permitir que su pueblo padezca y enfrente obstáculos. ¿Cuáles son? El apóstol Pedro dijo: "Después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca" (1 Pedro 5:10b).
Dios perfecciona la fe de sus hijos a través del dolor y la aflicción. Así como el fuego purifica el metal y lo hace más resistente, Dios, con la prueba, purifica la fe de sus hijos, la limpia de todo orgullo y arrogancia y nos hace santos delante de Él.
"Afirmar" significa poner un buen fundamento para que la construcción no se derribe. Esto significa que Dios pone un fundamento para nuestra confianza en Él.
También, Dios fortalece nuestra confianza y dependencia de él. A veces somos desconfiados y vivimos con incertidumbre como si Dios nos hubiera fallado en el pasado. Sin embargo, uno de los propósitos de la prueba y el obstáculo es que nos fortalezcamos en Él.
Finalmente, Dios nos da una clara identidad de quienes somos delante de Él. En ocasiones tendemos a pensar de manera errónea de nosotros. Pensamos que Dios nos ha desechado y olvidado, pero los que han sido salvos nunca serán dejados por su Señor.
Si bien la vida tiene todo tipo de obstáculos, Dios tiene un propósito al permitirnos pasar por en medio de ellos.