"Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público."(Mateo 6:6)
Después de recibir a Cristo como Señor y Salvador, y una vez que hemos tenido una experiencia de renovación por parte del Espíritu Santo, el tiempo devocional diario se vuelve la parte más importante de la vida cristiana.
Esto se debe a que durante el tiempo devocional, un cristiano aprende a alimentarse de la Palabra de Dios, a escuchar la voz del Señor y a encontrar las fuerzas necesarias para enfrentar la vida.
En la ciudad de Pasadena, California, se lleva a cabo anualmente un famoso desfile el 1 de enero. Este evento tiene como nombre “El desfile de las rosas” y es mundialmente conocido.
En cierta ocasión, durante el desfile, un carro alegórico muy atractivo de repente dio unos estallidos, se sacudió y se detuvo abruptamente. Todos pensaron que se trataba de un accidente y que el auto había golpeado contra algo.
Sin embargo, la explicación es muy sencilla: Se había quedado sin combustible. Naturalmente, todo el desfile se vio en la penosa necesidad de detenerse por algunos minutos, hasta que alguien llegó corriendo con un bidón de gasolina.
Lo más gracioso de todo es que se trataba del carro alegórico de la famosa compañía petrolera Standard Oil, que ha sido reconocida mundialmente por su producción de gasolina y combustibles. Aun con todos sus recursos, el carro de la compañía se quedó sin gasolina por el descuido y la irresponsabilidad.
De una manera muy parecida, los cristianos frecuentemente llegan a descuidar su condición espiritual, posponen su tiempo de oración y reflexión de la Palabra de Dios, y así llegan a quedarse sin el combustible de la fe y la esperanza.
Una persona que es fuerte en su vida devocional de oración, es también una persona fuerte en los demás ámbitos de su vida. Es decir, para ser buenos esposos, buenos padres, buenos empleados o jefes, buenos miembros de la sociedad, en primer lugar debemos ser fuertes en nuestra vida devocional.
Pero, ¿qué es la vida devocional? La palabra “Devoción” es usada en el contexto cristiano para referirnos a dos cosas. Primero, se trata de un sentimiento profundo de respeto y admiración hacia Dios. Segundo, es una actitud de búsqueda humilde y constante de los caminos de Dios.
Por eso, cuando hablamos de una “Vida devocional de oración” nos referimos al gran asombro que tenemos por Dios el cual nos lleva a buscarle con humildad cada día.
Aquella persona que cuida diligentemente su vida devocional y la cultiva, llegará a crecer en todos los aspectos de su vida. Está comprobado que una persona que ora y medita en la Palabra de Dios con sinceridad, es más fuerte emocional y mentalmente en comparación con una persona que no tiene esta disciplina.
La mayor parte de nuestros problemas no nos afectarían tanto si tan solo nos dedicáramos más a Dios en tiempos privados de oración. Escuché a un hermano de la Iglesia decir: “Desde que paso tiempo en oración con el Señor, ya no me irrito tanto y lo que antes me molestaba, ahora no tiene importancia”.
Se puede decir que la ansiedad y el temor, así como el afán, tienen un mayor efecto en nuestra vida cuando descuidamos nuestros tiempos a solas con Dios y dejamos a un lado la reflexión de su Palabra.
El Señor Jesús habló de la importancia de tener tiempos a solas con Dios cuando dijo: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6). Entonces, ¿qué significan estas palabras dichas por el Señor en nuestra vida personal?
La frase “Mas tú” es una frase usada por el Señor para referirse a algo individual y personal. En muchas ocasiones, el Señor Jesús se dirigió a los discípulos en un sentido plural (ej. Vosotros, sois, etc).
Además, muchas de las bendiciones de la Biblia son declaradas a un grupo de creyentes. El apóstol Pablo, la mayor parte del tiempo, se refiere a los creyentes como un grupo o una comunidad. Esto se ve reflejado en sus palabras, tales como “Justificados”, “En quien tenemos” o “Regocijaos”.
No obstante, en la ocasión de Mateo 6:6, el Señor Jesús se dirige a nosotros de una manera individual: Mas tú. Esto quiere decir, que lo que está a punto de decir es algo que debe llevarse a cabo en lo individual, no en lo colectivo. Esta es una bendición, pues significa que Dios desea tener una relación personal e individual con cada uno de nosotros y tenemos la bendición de dirigirnos a Él personalmente.
Después, la frase “Cuando ores” se refiere a un tiempo de conversación con Dios. Muchos teólogos han definido la oración como “Una conversación con Dios”. Esto significa que podemos hablarle a Dios. Sin embargo, también podemos esperar escuchar su voz.
Y ¿cómo nos habla el Señor? Dios habla por medio de su Palabra. Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios, que es la Biblia, estamos escuchando a Dios. Si después de orar, leemos con cuidado y sinceridad la Biblia, con toda seguridad escucharemos a Dios hablando a nuestra vida personal.
Después, el Señor dice: “Entra en tu aposento”. El aposento es el lugar de descanso y privacidad de una persona. Todos tenemos un aposento, donde regularmente tenemos nuestra cama y se caracteriza por ser un lugar cómodo.
A través de esto, el Señor nos indica que si bien podemos orar a todas horas en nuestra mente, es importante entrar a nuestro aposento para tener comunión con el Padre. Ese “aposento” puede decirse que es nuestro lugar secreto, en donde nos encontramos a solas con Dios para descansar en Él.
Además, el Señor dijo: “Y cerrada la puerta”. Esta frase se refiere a una separación de tiempo y lugar. Cerramos la puerta cuando no queremos ser interrumpidos o para dejar fuera algo. Lo mismo sucede en este tiempo privado.
Cerrar la puerta significa dedicar el tiempo totalmente a Dios. Podemos orar y tener comunión con Dios cuando estamos en el trabajo, en la escuela, mientras conducimos o en una reunión de amigos. Dios dice: “Tengamos un tiempo a puertas cerradas”. Esto es, dejar afuera todo para dedicarnos por completo a Dios.
La parte final de la enseñanza del Señor, indica: “Ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Dios nos invita a estar delante de Él, tal como un hombre tiene una audiencia con el rey. Siempre somos recibidos y bienvenidos en su presencia, por medio de Cristo.
Los ojos tiernos de Dios esperan vernos entrar al lugar secreto con humildad y sencillez, para depender de Él. Después, nos recompensará en público al darnos paz en la tormenta, sabiduría en la incertidumbre, fortaleza en la aflicción y gozo en las dificultades. Además, nos recompensará respondiendo nuestras oraciones y haciendo posible lo que en un principio era imposible para nosotros.
Aceptemos hoy la invitación del Señor Jesús para entrar al lugar secreto. Esta es una invitación personal y privada. Dios nos espera en ese lugar, a solas.
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