Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Romanos 10:17).
Tiempo atrás, escuché esta frase: El camino a la felicidad está pavimentado de fe. Significa que la persona que desea la felicidad en su vida, primero debe aprender a caminar en fe. He notado que las personas que logran concebir fe en su corazón y se afirman en ella, son las personas que enfrentan con éxito las grandes y pequeñas desilusiones de la vida.
He notado también que las personas que, en lugar de fe, tienen ansiedad y temor en el corazón, tienden a estar desanimadas, tristes y deprimidas. Sin duda, nadie quiere vivir en esta condición.
Solo aquellos que poseen una fe fuerte pueden vivir vidas felices y de éxito. La felicidad es algo posible para los que caminan con Dios. Tales personas llegan a ser prosperadas en todas las cosas y tienen salud, así como prospera su alma. En palabras más simples, la fe es la fuerza que mueve nuestra vida hacia la bendición.
Aquel que no tiene fe es como la hoja que cae de un árbol y es arrastrada por el viento. Pronto se desvanece y desaparece. Para este tipo de personas, la bendición es la cima de una montaña imposible de escalar.
Entonces, ¿cómo podemos tener fe? La Biblia dice en Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. La fe viene a nuestro corazón y nos llena de fuerza, como resultado de escuchar atentamente la Palabra de Dios. Luego, un milagro ocurre.
Mientras una persona común construye su vida mediante sus ideas y experiencias, un hombre de fe sabe encontrar una palabra Rhema. ¿Qué es una palabra Rhema? En el idioma griego, existen dos palabras que se traducen como “palabra”. Una es “logos” que significa “la palabra escrita”. El logos, es la Biblia. Es decir, todo lo que ha sido registrado según la inspiración del Espíritu Santo.
Por otro lado, “Rhema” en el idioma griego es “la palabra viva”. Cuando usted está frente a la Biblia, y la lee, usted está frente al logos de Dios. A través de la lectura, usted adquiere información acerca de Dios, su historia y su plan. Sin embargo, en determinado momento de su lectura, usted siente que Dios le está hablando personalmente a partir de un pasaje bíblico. Es ahí cuando usted recibe el “Rhema” de Dios.
Junto a la palabra viviente de Dios, el Señor le imparte una fe especial y un gozo indescriptible. Es en esa instancia que los milagros ocurren y las montañas son removidas frente a nosotros. De modo que usted debiera buscar intensamente el Rhema, a fin de transformar su realidad y circunstancias actuales.
Para lograr esto, primero debemos arrepentirnos de nuestros pecados. La fe es depositada en nuestro corazón al “oír” la Palabra de Dios. El pecado es un ruido muy molesto que nos impide tener comunión con nuestro Padre celestial. Por tanto, arrepiéntase de sus pecados, confiéselos y apártese. De esta forma, mediante la oración y una vida de obediencia, la fe descenderá sobre su corazón y usted superará la aflicción y tendrá éxito.
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