La vida está pavimentada de aflicciones y pruebas. Estas van desde las más pequeñas hasta las más grandes, desde las más sencillas hasta las más complejas. Por lo tanto, es necesario tener ánimo y motivación en esta vida si deseamos superar aquellas aflicciones que nos rodean.
Si uno llega a perder la motivación para vivir, se secará como una hoja y llevará una vida infeliz. Por eso, uno de los aspectos más importantes en nuestro caminar con Dios es el de encontrar el impulso que Él nos quiere dar. En la Biblia, el nombre que se le da a ese “impulso” es “consolación”. La Biblia dice: “…” (2 Corintios 1:3-4).
¿Quién cree usted que es Aquel que nos imparte ese consuelo e impulso en nuestra alma? Es el Espíritu Santo. El Señor Jesús dijo: “…” (Juan 14:16). El significado de la palabra “Parakletos” usada por el Señor Jesús en este pasaje para referirse al Consolador es: Un Compañero cercano, para toda la vida.
Es asombroso que la Biblia, la Palabra de Dios, enseñe que como hijos de Dios tenemos a un Compañero de vida, el Espíritu Santo. Cuando vamos al trabajo, Él va con nosotros. Si estamos en medio del tráfico, ahí mismo está Él. Para el joven que tiene que presentar un examen, el Espíritu Santo está ahí mismo, junto a él.
Por eso, resulta fundamental aprender a tener compañerismo con el Espíritu de Dios con la finalidad de encontrar motivación en la vida, de ser impulsados y consolados para enfrentar las grandes y pequeñas desilusiones de la vida, y para tiene éxito. El Espíritu Santo es la respuesta a todos nuestros problemas.
En la sociedad en la que vivimos, el ser humano es tratado como un producto. Actualmente, la gente ya no tiene relaciones personales profundas y solidas, sino que simplemente busca cuánto valen las posesiones de una persona. Por eso, los que no tienen ánimo sufren de neurosis y soledad.
Especialmente en las grandes ciudades, la gente no sabe por cuáles tristezas o penas están pasando sus vecinos, porque no se conocen unos a otros. Una hermana de la iglesia me contó sobre una compañera de trabajo que se sentaba en la misma línea de escritorios que ella para hacer el trabajo de oficina. Un día, sin aviso, faltó al trabajo. Después pasaron dos, tres, cuatro días, hasta que alguien dio la noticia de que aquella mujer se había quitado la vida.
Nadie supo nunca la crisis que ella estaba viviendo. Al sentirse sola y no encontrar ánimo para vivir, se quitó la vida. Siendo esta la realidad de nuestro mundo, necesitamos desesperadamente el ánimo y el impulso que Dios nos da. Este impulso nos es dado por medio del Espíritu Santo. De esta forma podemos superar la condición en la que se encuentra esta sociedad fría e individualista.
El Salmista testificaba diciendo que Dios rescataba su vida del hoyo. Eso se encuentra en el Salmo 103:3. Además, en el Salmo 40:2, él decía que Dios sacaba su alma del pozo de la desesperación. Muchas veces, al igual que él, nosotros llegamos a encontrarnos en el pozo de aflicción y desesperación.
Como pastor, he notado que nuestra sociedad está viviendo una crisis de tormentos y enfermedades mentales, como el temor, la ansiedad, la desesperación, el rencor, etc. El Espíritu Santo es el único que puede sanar la mente quebrantada. Solo Él puede ofrecer una sanidad consistente y categórica.
El 2016 fue un año decisivo para mí y para el ministerio Ascender. En ese entonces, aunque oraba y clamaba a Dios, parecía que no había avances. En una reunión de oración, mientras cantábamos una alabanza, el Espíritu Santo me dijo: “Marlon, tienes que comprar un celular y comenzar a mandar los audios a través de la página de Ascender”.
Así que al día siguiente fui y compré el primer celular para el ministerio. Jamás me imaginé el alcance que llegaríamos a tener. Se estima que al rededor de 150 mil personas reciben los audios. Pero todo esto provino de la inspiración del Espíritu Santo.
Usted puede recibir el aliento del Espíritu Santo y su motivación, aun cuando pasa por momentos difíciles que no puede manejar. El Espíritu Santo es nuestro Consolador, quien se caracteriza por ser el más grande motivador. Cuando estamos en problemas y ya no podemos llevar nuestras cargas, o estamos solos y en enfermedad, el Espíritu Santo viene a nosotros y nos alienta.
Una persona alentada por el Espíritu Santo puede dar ánimos a su prójimo. Esta clase de persona siempre comparte el buen ánimo y la paz de Dios, y se vuelve una bendición para otros.
Hoy mismo, dondequiera que usted se encuentre, invite al Espíritu Santo a estar en su vida. Permita que le dé aliento e impulso. Aprenda a dar el aliento del Espíritu Santo como un regalo a aquellos que han perdido la alegría de vivir. El Espíritu Santo quiere obrar en usted hoy.
Haga esta oración conmigo.
Amado Padre celestial, Tú nos consuelas y nos impulsas por medio del poder del Espíritu Santo. Gracias porque nos has dado un compañero cercano, un Compañero para toda la vida. Aunque estemos viviendo en soledad, amargura, frustración, Tú nos das vida nueva, Espíritu Santo. Nos impulsas a seguir, nos asegurar que la historia de nuestras vidas todavía se está escribiendo.
Ayúdanos a ser hombres y mujeres que se someten a tu autoridad y te siguen a dondequiera que vayas. Bienvenido Espíritu Santo. Te recibimos y te aceptamos. En el nombre de Jesús. Amén y amén.
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