top of page
Foto del escritorMarlon Corona

El Señor guardará mi alma

"Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma." (Salmo 121:7).

Una de las promesas de Dios que nunca debemos olvidar es aquella en la cual Él nos asegura ser guardados del mal.

El Salmo 121:7-8 dice de esta forma: “Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”.

Esta es una promesa que debe vivir en nuestro corazón. Debe plantarse en nuestra mente y echar sus raíces en nuestro corazón.

Eventualmente, el árbol de la confianza crecerá en nosotros y dará un fruto dulce de paz, gozo y esperanza.

Dios es quien guarda nuestras vidas y nuestras almas, y a través de sus promesas, nos devuelve el aliento y nos da una nueva fortaleza.


Además, Él mismo vigila nuestros pasos, nuestra salida y nuestra entrada.

La promesa del cuidado de Dios debe radicar en nuestro corazón. Especialmente, porque en ocasiones, llegamos a vivir temporadas amargas.

Todos, en algún momento, nos encontraremos viviendo aflicciones y momentos de tempestad, que sacudirán nuestras vidas. Sin embargo, debemos tener presente que el Dios de la Biblia ha prometido guardarnos de todo mal. Entonces, puede que usted pregunte: “¿por qué nos suceden cosas malas? ¿Por qué ocurren situaciones dolorosas, amargas y difíciles superar?” Aquí hay algo asombroso que debemos considerar.

Cuando vivimos un momento difícil, algo que nos hace llorar, solemos calificarlo como “malo”. Lo etiquetamos como una desgracia. Sin embargo, el Dios que ha prometido guardarnos de todo mal sabe que la situación, aunque es amarga, no es mala. Dentro de ella, reside la semilla de la bendición y la esperanza.

Es adversa, es dolorosa, pero no es mala. Es difícil, nos quebranta, nos confronta, pero es necesaria a su vez. Spurgeon dijo en cierta ocasión: “Bendita la ola que nos arrastró y nos hizo golpear con la Roca eterna, que es Cristo”.

El hermano Paul Washer suele decir: “Todos necesitamos días difíciles para aumentar nuestra dependencia a Dios y aprender que su gracia es suficiente”. Dios se ha comprometido a guardarnos de todo mal. Esto significa que Él nos guardará de todo lo que sea realmente malo.

No nos dará algo que sea verdadera y esencialmente malo. No. Él solo nos dará cosas buenas. Así lo dice su Palabra.

Mateo 7 dice de esta forma: “9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

Nada que sea realmente bueno para nosotros nos será negado. Y, así mismo, nada que sea malo, esencialmente malo, nos será dado. Dios mismo se ha comprometido con esto.

De modo que, aquello que estamos viviendo, el quebranto que estamos atravesando, la adversidad que nos está confrontando, contiene un bien mayor.

Puede que en este momento no podamos verlo, pero la gracia de Dios está en ello. La Biblia declara: “Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma”.

Con esta promesa podemos encarar la vida y todas las negativas que se nos presenten.

Podemos afirmar que, aunque estemos siendo quebrantados, estemos siendo desmenuzados y confrontados, también estamos siendo bendecidos por Dios.

Cuando adquirimos este pensamiento y aceptamos esta promesa en nuestra vida, podemos declarar que el sufrimiento es una bendición.


¿Está usted sufriendo por algo el día de hoy? ¿El quebranto de Dios ha venido sobre su vida? Eso es una bendición.


Solemos pensar que el mejor lugar en el que podemos encontrarnos es el lugar en donde no tenemos que sufrir.

Sin embargo, el mejor lugar en donde una persona puede encontrarse, no es donde no sufre, sino donde Dios le ha llevado, donde Dios le ha puesto.

Usted nunca estará en mejores manos que en las de Dios, aun cuando se encuentre en medio del sufrimiento y el quebranto.

Es mejor estar en las manos del Soberano y Sabio Dios, siendo confrontado y quebrantado, que vivir en la aparente paz que dan el pecado y el orgullo. El Salmista dijo en el Salmo 119:71: “Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos”. Hay lecciones que solo aprendemos en el quebranto. Hay cosas que solo se aprenden cuando uno no tiene un peso en la bolsa, cuando los amigos le abandonan y cuando las cosas parecen no marchar bien.


Dios ha prometido no darnos lo que es malo, solamente lo bueno. Por esta razón, demos un paso adelante el día de hoy. Declaremos que Dios no nos ha dado un mal. Él está en el asunto. Su bondad está en ello.

Tengamos fe en la promesa de Dios aunque las circunstancias se nos presenten demoledoras. Recuerde que el Dios que tiene el control en los buenos tiempos, es el mismo Dios que tiene el control el tiempos adversos.

Esta es nuestra fe: “El Señor nos guardará de todo mal. Él guardará nuestras vidas, desde ahora y para siempre”. No hay razón para temer, para retroceder, ni para desconfiar. Descansemos en Dios. A los que le aman, todas las cosas les ayudan a bien.

Si deseas recibir los audios de las Meditaciones Ascender en tu celular, únete a uno de nuestros grupos oficiales, dando click aquí: https://chat.whatsapp.com/CqGLnLFVaNjDg9YeLtQLF7

Si Dios ha puesto en tu corazón hacer una ofrenda o un donativo para impulsar las Meditaciones Ascender, puedes hacerlo desde aquí: https://www.ascenderiglesia.com/donaciones

833 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page