Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy (Joel 3:10).
Un día, estaba leyendo la Biblia después de mi tiempo de oración y mis ojos cayeron súbitamente sobre el pasaje de Isaías 55:8-9. Al leer este pasaje, quede impresionado por su significado. Comencé a sentir una sensación de paz y convicción en mi corazón, y después vino la voz del Señor a mi corazón. Era como si el Señor me estuviera diciendo a través de ese pasaje: “Hijo, existe una diferencia entre mi manera de pensar y la manera de pensar de los hombres”.
“La mentalidad del hombre es negativa, pero yo soy positivo. La mentalidad del hombre es desesperanza, pero yo soy esperanza. La mentalidad del hombre es muerte, pero yo soy vida. Si quieres caminar conmigo, tu mentalidad y tu vida interior deben ser renovadas para pensar como yo pienso”. Comprendí que una transformación debe tiene lugar en la mentalidad, con la finalidad de caminar con Dios. Tengo que confesar que mi vida cambió a partir de ese momento de una manera drástica.
Pasé del temor a la fe, del afán a la confianza y de la debilidad a la fortaleza. Desde entonces, ha surgido un concepto que he tratado de transmitir por medio de mis prédicas y a través de este ministerio. Ese concepto puede resumirse en una sola palabra: Ascender. Este es el nombre que lleva nuestra iglesia. Francamente hablando, todos mis mensajes y predicaciones tienen este propósito: Ayudar a las personas a adquirir la mentalidad celestial.
Ascender no es solamente el nombre de nuestra iglesia. Se trata de un estilo de vida que consiste en pasar de la mentalidad terrenal, caracterizada por el pecado y la desesperanza, a la mentalidad celestial, la cual se basa en la fe, la esperanza y el amor. Por lo tanto, Ascender es llevar una vida centrada en Cristo, teniendo como parámetro la Palabra de Dios. El apóstol Pablo habló de también de esto (1 Corintios 15:47-49). Esto significa que debemos vivir acorde con el Señor Jesús, quien es nuestro Salvador. Nuestra vida debe ser un eco de la vida del Señor.
He comprendido que la mentalidad juega un papel de vital importancia en la vida. La mentalidad puede compararse con los cimientos de un edificio. Cuando los fundamentos son sólidos, el edificio se mantiene en pie. Pero cuando los cimientos son débiles, la construcción se viene abajo. Así también es en la vida. Si la mentalidad es correcta, celestial y espiritual, entonces nos traerá gozo. Pero si no, entonces sufriremos.
Quiero hacerle una invitación a Ascender. Acompáñeme en los días siguientes y juntos ascendamos, pasando de la mentalidad terrenal a la celestial. Quisiera ayudar a todos aquellos que quieren añadir un nuevo nivel a su vida de fe, que quieren una experiencia más profunda con Dios y quieren descubrir el asombroso mundo de la fe. Si usted quiere Ascender, y ya hemos explicado el significado de este concepto, entonces, lo que tengo para decirle estoy seguro que le será de gran ayuda.
El primer paso que tenemos que dar, para pasar de la mentalidad terrenal a la mentalidad celestial, es el de aprender a convertir las debilidades en fortalezas. El profeta Joel habló una palabra poderosa cuando dijo: “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy” (Joel 3:10). Esto significa que de la debilidad puede surgir la fortaleza cuando obedecemos a Dios y estamos dispuestos a renovarnos en el Señor.
Todos tenemos puntos fuertes y puntos débiles. Sin embargo, las personas tienden a centrarse en sus puntos débiles. Es decir, tienden a mirar más lo negativo que lo positivo. La gente piensa comúnmente que si logran deshacerse de su punto débil, podrán triunfar en al vida.
Sin embargo, lo cierto es que es sumamente complicado deshacer o borrar por completo los puntos débiles, ya que todos los tenemos. Estos puntos débiles pueden ser faltas de carácter, temores, complejos, incluso defectos. Por más que uno logre suprimir algún punto débil, seguramente surgirá otro al cabo de poco tiempo. ¿Cómo podemos, entonces, superar el punto débil?
Si centramos nuestro esfuerzo en destacar nuestros puntos fuertes, lograremos que nuestros puntos débiles se desvanezcan. Podemos restaurar nuestros complejos mediante el Espíritu Santo, y hacer que nuestros puntos fuertes se destaquen. Les pido que el día de hoy, abramos nuestros ojos a las fortalezas que Dios nos ha dado.
¿Cuál es su punto fuerte? Un punto fuerte, o fortaleza, no es otra cosa que el don que Dios le ha dado a usted. Dios ha dado a todos sus hijos fortalezas. Es decir, Dios nos ha dado algo positivo a cada uno. Por tanto, debemos invertir en ello tiempo, dinero y esfuerzo para que ese don se destaque más y más. De hecho, ese don que Dios le ha dado, al ponerlo en marcha le traerá mucha felicidad y gozo. De esto se trata la vocación.
Dé lo mejor de usted en el lugar en el que se encuentra. Dios brindará esperanza en su trabajo, y abrirá las puertas del éxito para usted.
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