"Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis." (Éxodo 14:13)
Un problema es una oportunidad de ver la mano de Dios obrando en nuestra vida. Cuando usted y yo atravesamos una situación adversa o un desafío, en lugar de darnos por vencidos y ser derrotistas, debemos comprender que Dios está escribiendo una historia de éxito y bendición, que más tarde se convertirá en un testimonio para su gloria.
Todas las vivencias y experiencias de hoy, serán testimonios de victoria y esperanza el día de mañana. El salmista entendió esto, cuando dijo: “No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de Jehová” (Salmo 118:17).
En lo personal, este pasaje ha sido una palabra de promesa en mi vida personal. Hubo una época en la que me sentía muy desanimado y frustrado como pastor. Aunque hacía mi mejor
esfuerzo, nada parecía dar resultado. Vivía en medio de la desesperación y el negativismo.
Entonces, como una llama de fuego, el Salmo 118:17 se encendió delante de mí mientras leía la Biblia. Mi corazón quedó impresionado por el mensaje ahí contenido.
Comprendí que, la adversidad que estaba viviendo, no era un mal en sí mismo y que la muerte y el fracaso no eran mi destino. La promesa de Dios indicaba que no era el fin, sino solamente un peldaño para contemplarle más de cerca.
La prueba que Dios me estaba permitiendo era para llevarme al crecimiento y para que Su Nombre fuera glorificado.
Por lo tanto, como hijos de Dios nunca debemos olvidar que un problema es la oportunidad que Dios nos da de ver Su poder y Su gracia, para que le glorifiquemos a través de nuestra historia.
Si tan solo depositamos nuestra confianza en Dios en medio de la dificultad y nos mantenemos firmes delante de Él, sin desanimarnos en la fe, podremos presenciar un gran milagro y nos convertiremos en un testimonio para Su gloria.
En cierta ocasión, el pueblo de Dios, Israel, estuvo ante a una dificultad al encontrarse frente al Mar Rojo. Después de haber salido de Egipto, los Israelitas fueron perseguidos por el faraón y su ejercito. La Biblia nos relata lo siguiente:
“Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón” (Éxodo 14:9).
Este pasaje nos dice que detrás de ellos, venía a toda velocidad el ejercito egipcio. Geográficamente, delante de ellos estaba el Mar Rojo. Al lado, Pi-Hahirot era un valle de zarzas, imposible de cruzar por causa de las espinas. Al otro lado, Baal-Zefón era una peña escarpada que no se podía escalar.
Humanamente hablando, los israelitas no tenían a dónde ir. Sin embargo, fue en ese momento que Dios les dio un mensaje por medio de Moisés: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis” (Éxodo 14:13).
Aquellas palabras dichas por Moisés contienen una gran enseñanza espiritual para nosotros. Si el día de hoy aprendemos estos principios y los ponemos por obra, seremos capaces de contemplar la salvación de Dios en nuestra vida. Entonces, ¿qué lecciones espirituales aprendemos el día de hoy en la Palabra de Dios?
Cuando nos enfrentamos a las grandes o pequeñas adversidades de la vida, tenemos que recordar las palabras que dijo Moisés. A través de ellas el Señor nos dice: “No temas”. Esto es lo primero que debemos aprender.
Esta pequeña frase indica que en lugar del temor, debemos elegir la fe. Esto se debe a que tanto el temor como la fe con el resultado de una decisión.
¿De dónde surge el temor? Proviene de pensamientos negativos y derrotistas que apuntan a que el futuro será, seguramente, un desastre. En otras palabras, el temor es anticiparse al porvenir creyendo que todo es muerte y destrucción.
Por el contrario, la fe es creer la Palabra de Dios en medio de la circunstancia que estamos viviendo. Fe es creer positivamente que Dios tiene algo mejor preparado para nosotros, aún cuando nuestros ojos no lo puedan ver.
El lugar en donde se origina la fe es en el pensamiento. Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Cuando recibimos la Palabra en nuestra mente, nuestros pensamientos cambian de negativos a positivos. Y entonces, la fe puede germinar en nosotros.
Finalmente, tanto el temor como la fe, los cuales son parte de una decisión, ejercen un gran poder sobre nuestra vida. Por lo tanto, hay que tomar la decisión de tener fe y creer en Dios a fin de cambiar nuestras circunstancias positivamente.
En segundo lugar, Dios nos dice: “Estad firmes”. Esta frase se refiere a permanecer sin retroceder ni claudicar. Son muchas las personas que abandonan a Dios debido a los problemas que aparecen delante de ellos.
“Estad firmes” significa continuar, perseverar, insistir, a pesar de lo difícil que pueda ser una situación. ¿En qué debemos estar firmes? Debemos perseverar en la oración, en el estudio de la Biblia, en nuestro compromiso con la iglesia.
Debemos insistir y perseverar en los ayunos, debemos ser fieles en el diezmo y la ofrenda. Lo anterior son tan solo algunos de los mandatos de Dios que debemos seguir a fin de mantenernos firmes y ver su obra en nuestra vida.
Cuando confiamos en el Señor, tomando la decisión de creer Su Palabra, y nos mantenemos firmes en sus mandamientos, podemos esperar una respuesta a nuestros problemas y veremos la mano de Dios obrando favorablemente.
Entonces, así como lo dijo Moisés: “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:14). Ante los problemas y desafíos de la vida, debemos confiar en Dios y permanecer. Esta es la respuesta que debemos dar ante toda situación adversa.
Nunca lo olvide, un problema es la oportunidad de ver el poder de Dios.
Nuestros problemas del día de hoy, mañana serán un testimonio de esperanza para muchos. Es mi oración que usted pueda tomar la decisión de creer en el Señor, aferrarse a sus promesas y mantener su obediencia delante de Él. Al hacerlo, Dios obrará en su vida.
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