"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar, sobre ti fijaré mis ojos." (Salmos 32:8)
Los hijos de Dios eventualmente tendrán la amarga experiencia de comprobar que aquello que no se hace siguiendo la voz de Dios y que no es inspirado y motivado por Él, tiende a fracasar y deja una estela de desilusión y dolor.
Por esta razón, el salmista no dejaba de clamar a Dios: “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre” (Salmo 86:11).
Permítame preguntarle, ¿tiene usted el deseo de hacer la voluntad de Dios? ¿Desea usted estar seguro de que la mano de Dios está en aquello que se encuentra desempeñando? Este es un deseo natural y muy noble de los verdaderos cristianos.
Ellos saben que todo en lo que la mano de Dios esté involucrada, sin duda alguna redundará en bendición, felicidad y paz, no solo para ellos sino para aquellos que los rodean.
Lo anterior se relaciona profundamente con lo que le fue dicho a Josué. A este hombre se le declaró que si permanecía de día y de noche en la Palabra y la ponía por obra fielmente, entonces su camino prosperaría y todo le saldría bien.
Amados, tenemos que redescubrir aquella tremenda verdad dicha por el Salmista en el Salmo 127:1. Dios desea que vivamos con esta verdad delante de nosotros y en nuestros corazones.
Dice de este modo: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”.
¿Qué quiere decir este pasaje? Que solo aquellas cosas que tienen la voluntad de Dios apoyándolas, serán prosperadas. Y que si Dios no está apoyando este o aquel proyecto, este sueño o aquella actividad, entonces todo es en vano. Al final, todo caerá en el pozo del fracaso.
Por eso, como sus hijos, debemos buscar activamente las cosas que están dentro de su voluntad para nuestra vida. Nada es más urgente ni decisivo en nuestras vidas.
La pregunta que nos surge es: “¿Cómo podemos conocer la voluntad de Dios en un asunto particular?” “¿Cómo puedo conocer la voluntad de de Dios para mi vida?”
Debemos recordar que cuando hablamos de la voluntad de Dios nos referimos a tres cosas diferentes. Primero, a la voluntad privada y secreta de Dios.
Deuteronomio 29:29 dice que “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios”. Es decir, hay cosas que Dios sencillamente no reveló a nadie. En ese sentido, no podemos conocer la voluntad de Dios.
Segundo, cuando hablamos de la voluntad de Dios también nos referimos a su voluntad revelada. Esto quiere decir, lo que Dios ha revelado sobre sí mismo, sobre su plan y sobre sus designios.
Toda esta voluntad revelada se encuentra en la Biblia. Allí, Dios nos dice cómo quiere que vivamos y la manera en la que debemos relacionarnos con Él. En este sentido, si podemos conocer la voluntad de Dios al leer la Biblia.
Sin embargo, aunque la Biblia es la sabiduría y la revelación de Dios para el hombre, no responde a preguntas de aspecto personal específico. Por ejemplo: “Qué empleo debo elegir”, “Con quién debo casarme”, “Debo tomar esta decisión o aquella”.
Este es el tercer tipo de voluntad a la que nos referimos cuando hablamos sobre la voluntad de Dios, a la voluntad de propósito personal. Es decir, Dios tiene un designio y un plan para cada persona.
En el Salmo 32:8 dice así: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”. Dios declara que Él mismo nos enseñará el camino que hemos de elegir en nuestra vida personal.
Esto último responde a las preguntas que muchos hemos tenido por mucho tiempo. Y cuando hablamos de conocer la voluntad de Dios de propósito personal, nos referimos a esto.
Dios quiere indicarnos cual es el mejor trabajo para nosotros, o la persona con la que debemos casarnos, así también la decisión que debemos tomar en cuanto a esta o aquella situación.
La Biblia dice en Romanos 8:14: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. Esto implica que yo puedo ser guiado y dirigido por el Espíritu Santo en mi diario vivir.
Entonces, ¿cómo puedo conocer la voluntad de Dios de propósito personal para mi vida? Quiero terminar compartiendo algunas pautas que nos pueden ser muy útiles a la hora de responder a esta pregunta.
El primer paso que tenemos que dar, en realidad, es un paso hacia atrás. Muchas veces estamos frente a una decisión importante y nos preguntamos si estará bien ir por ese camino, si tendremos éxito o no.
Solemos evaluar la situación y emitir un juicio basándonos en lo que a nosotros nos parece mejor. Entonces, venimos ante Dios y lo que queremos, en realidad, no es conocer su voluntad, sino que Él apoye lo que nosotros hemos elegido ya en nuestro corazón.
Sin embargo, si usted quiere estar seguro de que algo es la voluntad de Dios, tiene que dar un paso hacia atrás. Es decir, tiene que desistir de cualquier decisión: “Señor, tengo estas opciones. Pero retrocedo. No tomaré una decisión. Te entrego la última palabra a ti”.
Hace tiempo, un joven vino a la oficina para hablarme sobre la joven que le atraía. Él estaba listo para tomar el siguiente paso y hablar con ella al respecto de sus sentimientos.
Sin embargo, la conversación que tuve con él, fue muy reveladora para mí. Ese día, este joven me dijo: “Pastor, tengo meses orando por ella. Pero antes de enamorarme, le he pedido a Dios que si estos sentimientos no provienen de Él, entonces los marchite dentro de mí”.
“Le he entregado a Dios mi vida y le he dicho al Señor que si Él me dice que vaya, iré. Pero si él me dice que no vaya, no iré. Yo voy a obedecer a Dios antes que seguir mis sentimientos”.
Este es un paso decisivo en la vida. El paso que damos hacia atrás, renunciando a nuestro propio deseo, es fundamental para conocer la voluntad de Dios. Tenemos que preguntarnos si lo que queremos es que Dio bendiga lo que ya elegimos nosotros o queremos que Él nos indique el camino.
Cabe mencionar que este joven, después de hablar conmigo, fue y habló con la joven de la iglesia y resultó que ella tenía el mismo sentir que él. Años más tarde se casaron y ahora sirven como líderes de alabanza en nuestra iglesia.
Para conocer la voluntad de Dios, debemos dar un paso hacia atrás. Después, debemos orar abundantemente por el proyecto. Debemos leer la Biblia buscando palabras de promesa que traigan descanso y paz a nuestra alma.
Cuando algo no es la voluntad de Dios, usted se sentirá ansioso, intranquilo, afligido. Cuando algo es verdaderamente la voluntad de Dios reinará la paz y habrá un gozo indescriptible.
Además, si algo es la voluntad de Dios estará en total acuerdo con la Palabra de Dios. Para saberlo, hay que leer la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis cuidadosamente, mientras esperamos en Dios.
Por último, debe ser paciente. La espera sincera y humilde delante de Dios mata los malos deseos, los malos pensamientos, las motivaciones equivocadas y revela nuestras fallas.
Si usted quiere descubrir la voluntad de Dios de propósito para usted, dé un paso hacia atrás. Después, ore con fervor, por días si es preciso. Lea la Biblia y medite en ella. En determinado momento, Dios encenderá un pasaje bíblico y le dará una palabra de promesa. Cuando usted vaya y actúe en obediencia, un milagro sucederá y la felicidad y la bendición lo alcanzarán.
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