"Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas". (Proverbios 3:5-6).
La vida del hombre se resume al lugar en donde tiene puesta su confianza. Al lugar en donde tiene puesta su certidumbre y su esperanza. Es decir, todo en mi vida se resume a en quien confió, en quien espero y en quien está puesta mi certidumbre.
Algunas personas confían en sí mismas, en su propio poder y sabiduría. Otros tienen puesta su esperanza en el hombre. Por su parte, están aquellos que creen y confían en el dinero, las riquezas y los bienes. ¿Será que esta es la verdadera confianza ¿Verdaderamente aquí debemos depositar nuestra certidumbre?
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense desarrolló un método de comunicación codificado. Esto significa que la información que compartían entre ellos no podía ser descifrada a menos de que se contara con una clave.
Por ejemplo, se enviaba un libro con una hoja adjunta. En esta venia una serie de números que, quién sabía codificar el mensaje, descubría que se trataba del número de página, número de párrafo, número de renglón y número de letra.
Si seguía el orden correcto podía entender el mensaje. Y cabe mencionar que la guerra se gana en gran parte por la información y la estrategia.
La vida es como la guerra. Parece que hemos recibido un mensaje codificado por parte del Creador. Y para comprenderlo y descifrarlo uno necesita la clave. La única manera de entender correctamente la vida, de vivir con confianza y de tener un verdadero éxito es poniendo a Dios como el centro de nuestra vida.
En otras palabras el misterio de la vida se resuelve cuando Dios es nuestra confianza, nuestra esperanza y nuestra total certidumbre.
Y aquella persona que quiera triunfar en las batallas de la vida y quiera resplandecer en medio de la noche más oscura, primero debe aprender a confiar en Dios mientras abandona la falsa confianza y la falsa certidumbre en sí misma, en las riquezas y en el hombre.
Si me lo permite, quisiera preguntar ¿en quién está puesta su confianza? ¿En quién descansa su certidumbre?
La Biblia nos advierte del engaño de las riquezas: "El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas" (Proverbios 11:28). Y también nos advierte de no confiar en el hombre: "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová".
Nuestra confianza debe cambiar de las riquezas a Dios. Cuando lo hacemos, llegamos a ser plenos y La Paz tiene lugar en nuestra vida.
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